Propósito del Blog

Este blog tiene como finalidad publicar la producción de textos de alumnos que cursan el cuarto grado de educación primaria, con la finalidad de mejorar sus competencias comunicativas de escritura. Los textos que ven a continuación son producciones que ellos escriben con el propósito de expresar su opinión, sentimientos e información que han aprendido durante su experiencia como alumnos de una institución. También encontraran curiosidades (acertijos, videos, juegos interactivos, enlaces a nuevos sitios de interés etc.) que ayuden a complementar el conocimiento de los alumnos en otras áreas del conocimiento así como sugerencias de trabajos y anécdotas que se realizan en la escuela primaria “Rafael Padilla de Zaragoza”.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Leyendas Mexicanas


La mujer herrada



Vivía en la ciudad de México un buen sacerdote, acompañado de su ama de llaves, quien se encargaba de las tareas domésticas.

Un herrero, el mejor amigo del buen capellán, desconfiaba instintivamente de la vieja ama de llaves, y así hubo de decírselo al cura, instándole repetidas veces para que la despidiera, aunque el sacerdote no llegó nunca a hacer caso de tales advertencias y consejos.

Una noche, cuando ya el herrero se había acostado, llamaron a su puerta violentamente, y al abrir encontrarse con dos hombres de color que llevaban una mula. Aquellos hombres rogaron al herrero que pusiera un crucifijo en la nuca del  animal, que pertenecía a su buen amigo el sacerdote, quien había sido llamado inopinadamente por el obispo

Satisfizo el herrero el deseo de los desconocidos herrando a la mula en una pata delantera, y cuando se alejaban, tuvo ocasión de ver que los indios castigaban cruelmente al animal.

Intrigado e inquieto pasó la noche el herrero, y a primera hora del día siguiente se encaminó a casa de su buen amigo el sacerdote. Largo rato estuvo llamando a la puerta de la casa, sin obtener respuesta, hasta que el capellán fue a franquearle el paso con ojos soñolientos, señal evidente de que acababa de abandonar el lecho.

Enterado por el herrero de lo que sucedió aquella noche, le manifestó que él no había efectuado viaje alguno ni tampoco dado orden para que fueran a herrar la mula. Después, ya bien despierto, se rió el buen capellán muy a su gusto, de la broma de que había sido objeto el herrero. Ambos amigos fueron al cuarto del ama de llaves, a cerciorarse de que ahí estaba.

Llamaron repetidas veces a la puerta, y como nadie les contestara, forzaron la cerradura y entraron en la habitación.

El espectáculo que se ofreció ante sus ojos era asombroso. Sobre la cama, gritando de dolor y como si algo la quemara, se encontraba el ama de llaves pidiendo perdón a dios.

Los asombrados  amigos convivieron que la desdichada mujer estaba siendo castigada por dios y finalmente termino loca y lo único que estaba que repetía era ¡perdón por favor, perdón! 

José Rodolfo  Gómez

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